Millones de personas en América Latina y El Caribe padecen hambre y viven en la pobreza, mientras las organizaciones internacionales llaman a cooperar para impulsar sistemas agroalimentarios sostenibles, inclusivos y resilientes que ayuden a enfrentar esta realidad.
En un llamado urgente ante la crítica situación alimentaria en la región, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) han publicado el informe "Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas: una mirada hacia América Latina y el Caribe 2023-2024".
El informe pone de manifiesto la alarmante realidad que enfrenta ALC, pues se proyecta un crecimiento promedio regional de solo 1,7% para 2023 e, incluso, descendería aún más a 1,5% en 2024.
Esta tendencia negativa podría agravarse debido al impacto de los choques climáticos si no se realizan inversiones adecuadas en adaptación y mitigación al cambio climático, especialmente en agricultura y sistemas agroalimentarios.
El estudio revela que 43,2 millones de personas en ALC, número equivalente al 6,5% de la población, sufren de hambre, mientras que 201 millones (32,1%) viven en condiciones de pobreza. Las áreas rurales se ven particularmente afectadas, con un 21,2% de la población experimentando pobreza extrema en 2022, en comparación con el 10,9% en zonas urbanas.
A pesar de estas adversidades, el informe destaca la resiliencia del sector agrícola regional durante las crisis recientes, pues las exportaciones agroalimentarias crecieron significativamente y superaron las tasas de crecimiento mundial en 2020 y 2022.
De hecho, la balanza comercial agroalimentaria de 17 países de la región aumentó de 155,600 millones de USD en 2019 a 231,400 millones en 2022. Este crecimiento se atribuye en gran parte al papel crucial que desempeña este sector, que representa aproximadamente el 22% de las exportaciones de mercancías, alrededor del 5% del PIB y proporciona empleo al 15% de la población.
Sin embargo, el informe advierte que la situación en Latam podría haber sido mucho peor sin la estabilización que proporcionó el sector agrícola. Las crisis actuales han empujado a más personas hacia la pobreza extrema y al hambre, al tiempo que revierten los avances logrados en las últimas décadas.
Ante este escenario, la cooperación regional se presenta como un elemento crucial para fortalecer la infraestructura, mejorar las prácticas agrícolas y aumentar la inversión en tecnología sostenible. Además, se hace hincapié en la necesidad de políticas coordinadas que fomenten la seguridad alimentaria, impulsen la inclusión social y protejan el medio ambiente.
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